Entrevista a: Ofelia Antuña Rivera
Por: Carlos García Rodríguez
En la actualidad existe una crisis de educación en México, en particular en el Estado de Morelos, nos hacen falta estudios al respecto. La actual directora de la biblioteca del Tecnológico de Monterrey Campus Cuernavaca, se ha propuesto investigar sobre un aspecto esencial en la formación de las personas politizadas. Ofelia Antuña llegó puntual al salón N306, de dichas institución, después de ser sorprendida por las grabadoras, comenzó nuestro tiempo con ella.
– ¿Ha existido una época en la que se les llegue a muchos lectores?
– Para empezar habría que ubicar dónde. Aquí en el Tecnológico de Monterrey Campus Cuernavaca tenemos muchas hipótesis, en la biblioteca contamos con estadística de lectura, donde vemos que la lectura por placer, el tema que estamos trabajando, es una cuestión que se deja por un lado. La mayoría de libros que tenemos en la colección es para uso académico. A nivel general hay estudios que afirman que más allá de la utopía se habla más de diferentes prácticas de lecturas, quizás hay diferentes tipos de lectores, ahora con los medios hay diferentes tipos de información: como pueden ser blogs, sitios de autores, a fin de cuentas es información.
Ofelia comienza por ilustrarnos con brevedad la existencia de diversos períodos hasta llegar a las innovaciones en la emergente sociedad de la información, a partir de la cual nos explicará el fenómeno de la lectura por placer: “Placer implica decisión de cada uno, derecho de leer o no leer de cada persona, algunos autores lo ven desde la perspectiva académica, sin embargo, más allá puede ser el comienzo del hábito de la lectura”.
La directora sostiene con firmeza su concepto de placer en la lectura, aclarando continuamente la importancia del derecho a elegir y siempre respetando, sin discriminación alguna, a los que prefieren dejarse anestesiar por la televisión o simplemente abandonar a los libros. Además mencionó un ejemplo sobre la elección de un grupo estudiantil, el cual optó por contagiarse de información por el contexto en que vivían: “En 1968 sin duda hubo una sociedad politizada, pero más que nada fue un movimiento politizado por contagio, se estaba gestando el movimiento social cuando los chavos tenían que estar enterados sobre que había pasado antes y que podía venir después”.
La entrevistada nos revela una característica, considerada por ella, fundamental en la visión de cualquier ciudadano, la politización. En base en ese concepto sus palabras serán teñidas para enfatizar la importancia de aquella sociedad descrita.
– ¿Consideras igual de válidas las lecturas a partir de los nuevos medios de información?
– Por supuesto, dependiendo de la necesidad que tienes. Aquella lectura que persigue informarse se le llama eferente, y es igual de válido, el lector es el que decide. Ella aclara sintetizando: “Dependiendo de la finalidad está el medio”.
La directora nos rompe un enigma controversial, respecto al cambio con la era digital de la información a través de novedosos medios, pero siempre confiada de que dichos cambios se pueden utilizar de manera positiva y productiva para determinados medios del consumidor: “Cada quien debe tener un abanico de posibilidades, estamos en una época en la que somos muy visuales, a veces muy audibles. Cada medio tiene sus posibilidades. Creo que cualquier formato es válido”. Ofelia se muestra muy abierta a cualquier medio oportuno que permita la lectura, una característica de adaptabilidad que permite a un investigador ser creativo e innovador, sin estancarse en los viejos paradigmas.
– ¿Desde cuándo has sido una promotora de la lectura?
– En la carrera a mí me tocó un momento en que el sector estaba muy fresa, y pues a mí me interesó de cómo la lectura te convierte en una persona más crítica. Me tocó hacer una investigación de opinión pública, había una gran efervescencia entre los jóvenes por el movimiento zapatista, estudiaba qué leían, cuál era su opinión, si había una cuestión política o no.
La entrevistada nos va llevando en momentos esenciales de su vida que le cultivaron su interés por la investigación. En la maestría estudiaba, qué tanto el profesor te contagia su profesión o el desánimo: “Creo que la lectura debe ir acompañada de un buen narrador, muchas veces los libros simplificados de obras clásicas traen fragmentos para aquellos que se quieran apasionar más en el autor”. La directora de la biblioteca nos comenta su decisión de reservar la obra clásica Don Quijote de la Mancha para unos años después, de esta manera nos ejemplifica el valor de elegir de cada persona, así como la apreciación por una obra maestra de la literatura española.
– ¿Qué le hace falta a México para ser un país lector?
– Para empezar tenemos un sistema educativo que nos obliga a leer nos dice: ¡Tienes que leer!, por un lado la obligación. La mayoría del país no tiene acceso a los servicios básicos, menos a bibliotecas públicas. Muchos niños en la infancia por tener libros en la casa empiezan a desarrollar esa relación con la lectura. Es en parte, una cuestión económica y una cuestión política. Como cuestión política, los libros de texto están muy controlados. Ofelia crítica las restricciones que nuestro gobierno establece sin darse cuenta en lo que perjudica. Además retoma, de manera indirecta, la idea de formar una sociedad politizada y relacionarlos con los libros desde temprana edad.
– ¿Cómo fue que te enamoraste del placer de la lectura?
– La historia de la lectura, fue como mi historia amorosa, para empezar mi papá es un cinéfilo apasionado, él lo aprende todo del cine. Mi mamá solo acepta libros que yo le recomiende pero que no la perturben mucho. La verdad es que si había libros en la casa, pero el contagio más fuerte fueron los libros que me regalaron, alguna vez recibí una caja llena de libros rotitos que me llamaron mucho la atención, los empecé a leer y pues los amaba esos libros. Ya en la adolescencia veía que una persona que me gustaba leía cosas interesantes, entonces en parte fue por contagio.
Después de relatarnos el maravilloso romance que tuvo con los libros, el júbilo saltaba de los ojos de la entrevistada, en ese momento estaba dispuesta a entregarnos aquella respuesta tan esperada con la que podríamos sintetizar el objetivo de su tesis doctoral: “La lectura por placer es por decisión propia, así como lo decido leer, lo suelto tal como una relación amorosa, si no funciona lo dejo. Yo me refiero a aquella lectura, en la cual nos acercamos a un libro para encontrar ese secreto que otra persona cercana a nosotros tiene.”
Ella nos subraya el deber ser de la relación lector – libro, para luego mencionar la verdadera importancia y finalidad de leer como personas que vivimos en una sociedad: “Hay muchos placeres en la vida, no se trata de decir: porque leo, dejo de. Es una de tantas opciones que si tú quieres vas a elegir. La cuestión es poder provocar a los chavos, para que se acerquen. Más allá de esto, es una cuestión política, si no leemos nuestra forma de pensar es distinta. Una postura política va mucho más allá, tiene que ver con nuestra vida y nuestras decisiones. Tenemos que formarlas como seres políticos”. Ofelia Antuña sostiene en concreto los beneficios de cultivarse con los libros, las diferentes dimensiones que podremos ver al adoptar este estilo de vida, el cual según declara la entrevistada: “La lectura a fin de cuentas libera”.
