Editorial

19 de octube de 2009. En el ángel de la independencia se registró una campaña impulsada por la Asamblea Nacional Ciudadana, la cual demandaba un recorte presupuestal a las campañas de los partidos políticos. La asociación ciudadana, compuesta por setenta organizaciones, exige al congreso modificar el artículo 41 de la constitución. Con la finalidad de que los recursos financieros no se otorguen deacuerdo al padrón electoral, sino al voto de los ciudadanos hacia cada partido. De esta manera el voto demandará el compromiso de los candidatos y sus respectivos partidos.
Las acciones de dicha asamblea son intentos de frenar los abusos de algunos funcionarios públicos. El poder de las empresas y el gobierno han abrumado la opinión pública. Por su parte a los medios de comunicación se les ofrece una nueva oportunidad. Los diputados plantean la aprobación de una ley que beneficiaría a los nuevos concesionarios de la telefonía celular, por supuesto televisa formado en primera fila. Dicha ley le daría la ventaja en los primeros cinco años a los nuevos consorcios para que no paguen los impuestos completos, conforme avancen los años pagarían un porcentaje mayor hasta llegar al de los demás competidores.

Por una parte un movimiento social que pretende frenar el abuso político, por otro una nueva ventana se abre para el poder empresarial un ciclo que vive México por años explotado por los panistas. Sin embargo a ningún partido es digno del aplauso, mientras el PRI goza de su pasado obscuro y futuro prometedor disfrazado de Nieto, el PRD y sus minorías siguen creando una crítica destructiva que arrastra la política del país.