Un mundo virtual materializado

Identidad sustituta
Carlos García
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Situada en un futuro posmoderno, los avances tecnológicos han hecho posible la fabricación de un avatar a través del cual se puede controlar un esqueleto compuesto por sensores, los cuales crean la ilusión de experimentar la vida real desde la comodidad del hogar. ¿Preocupado por la belleza? Configura tu robot sustituto con aquellas piernas que siempre has buscado, cintura atlética, bíceps marcados, no más cirugías o una vida riesgosa. Esta nueva raza de androides propone un nuevo libertinaje, aquello que siempre has querido hacer o ser pero tu cuerpo te limitaba ahora es posible. Un mundo donde los sentidos son engañados, Bruce Willis actor de 54 años interpreta, por un lado, a un apuesto detective con un cutis plastificado y cabello de peluca fina, digno de un androide de tecnología avanzada. Por otro lado, aquel viejo y demacrado investigador que controla al anterior robot empieza a descubrir la esencia e identidad única del ser humano, al enfrentar un grupo rebelde que pretende restablecer el orden en una sociedad que abandona una vida sensible. Las actuaciones son bastante buenas junto con un detallado maquillaje, e impactantes efectos especiales, sin duda una producción hollywoodense. Sin embargo el thriller de ciencia ficción, realizado por Jonathan Mostow, no presenta una idea tan innovadora. Nos recuerda a I, Robot (Yo, Robot: 2004) interpretada por Will Smith, un investigador que desconfía de los robots, los cuales forman parte de la sociedad y siendo controlados por una computadora maligna entran en crisis con las personas. Misma fórmula con ligeros cambios en los ingredientes. La dirección técnica es de buena calidad, la complicación principal está en el manejo del tema. El problema de la identidad y la esencia del ser son más importantes que ejemplificar las capacidades de aquellos robots sustitutos, creo que el tema permite reflexionar sobre apreciar las relaciones humanas, valorar nuestros cinco sentidos, distinguir entre un mundo de apariencias y otro real. No es necesaria una súper producción para explorar la esencia del ser, basta con buenos diálogos. Identidad sustituta fue prefabricada como su propio tema: un producto de impacto y apariencia que busca satisfacer de goce visual al consumidor.

1 comentarios:

esquinacorintia dijo...

Bien, aunque prima el comentario y se descuidan detalles de la película, pero fluye. Lo mejor es que sí nos da una panorámica de lo que es el filme. Vamos bien.

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